Frases de Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe fue en vida un reconocido escritor y poeta, pero también crítico y periodista, que sigue siendo recordado aun muchos años después de su muerte, dada las increíbles historias y novelas del tipo gótico que escribió.
Nacido el 19 de enero de 1809, Edgar Allan Poe se considera todavía en la actualidad, como un contribuyente de los relatos detectivesco, cuentos de terror y ciencia ficción, siendo un personaje interesante de quien vale la pena conocer sus frases.
Frases de Edgar Allan Poe célebres
A lo largo de su vida, Edgar Allan Poe compartió muchos pensamientos, narrativas y mensajes a través de sus escritos, los que son numerosos, pero entre tantos, siempre vale la pena destacar algunos como los siguientes:
- Si se me pidiera que definiera en pocas palabras el término arte, lo llamaría la reproducción de lo que los sentidos perciben en la naturaleza a través del velo del alma.
- Los ingeniosos poseen siempre mucha fantasía mientras que el hombre verdaderamente imaginativo es siempre un analista.
- Puede decirse que es un defecto ser demasiado profundo. La verdad no siempre está dentro de un pozo.
- La vida real del hombre es feliz principalmente porque siempre está esperando que lo sea pronto.
Frases de Edgar Allan Poe de amor
El amor es un sentimiento hermoso, pero al mismo tiempo duro, algo de lo que conocía bien Edgar Allan Poe, y es que, no solo se enamoró de su prima, sino que después de casarse con ella, la perdió en poco tiempo, por ello no solo se pueden leer frases de amor de Poe, sino también de desamor:
- ¡Oh, amor humano! ¡Tú espíritu dado, en la Tierra, de todo lo que esperamos en el Cielo!
- Hay acordes en los corazones de los más imprudentes que no pueden tocarse sin emoción.
- La amé como un ángel. Con un rayo de luz viva que arde en el santuario de Edis.
- A veces estoy aterrorizado de mi corazón; de su constante hambre de lo que sea que quiera. La forma en que se detiene y comienza.
- Imperceptiblemente, el amor por estas discordias creció sobre mí a medida que mi amor por la música se hizo más fuerte.
Frases de Edgar Allan Poe de los sueños
Todas las personas tienen sueños que persiguen, lo cual es lo ideal para poder alcanzarlos, un aspecto que también vivió Edgar Allan Poe, en donde se puede reflejar con algunas de sus frases, que expondremos en seguida:
- Aquellos que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan de aquellos que solo sueñan por la noche.
- Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño.
- Los límites que dividen la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, sombríos y vagos. ¿Quién dirá dónde termina uno y dónde comienza el otro?
- No es una suposición irracional pensar que, en una vida futura, consideremos un sueño nuestros pensamientos actuales.
01- Amamos con un amor que era más que amor.
02- Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura.
03- Años de amor han sido olvidados, en el odio de un minuto.
04- ¡Oh, amor humano! ¡Tú espíritu dado, en la Tierra, de todo lo que esperamos en el Cielo!
05- Y siendo joven y sumergido en la locura, me enamoré de la melancolía.
06- Un amor como el mío nunca se puede superar.
07- En lo profundo de la tierra, mi amor miente. Y debo llorar solo.
08- Tú fuiste todo para mí, amor, por lo que mi alma se consumió. Una isla verde en el mar, amor, una fuente y un santuario, todo coronado con frutas de hadas y flores, y todas las flores eran mías.
09- Hay acordes en los corazones de los más imprudentes que no pueden tocarse sin emoción.
10- A veces estoy aterrorizado de mi corazón; de su constante hambre de lo que sea que quiera. La forma en que se detiene y comienza.
11- ¡Lo llaman esperanza, ese fuego de fuego! No es más que agonía de deseo.
12- Imperceptiblemente, el amor por estas discordias creció sobre mí a medida que mi amor por la música se hizo más fuerte.
13- Deja que mi corazón se detenga por un momento y este misterio explore…
14- Porque el amor apasionado sigue siendo divino.
15- En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.
16- La amé como un ángel. Con un rayo de luz viva que arde en el santuario de Edis.
17- Cree solo la mitad de lo que ves y nada de lo que oyes. En lo profundo de esa oscuridad mirando detenidamente, siempre estuve allí, preguntándome, temiendo, dudando, soñando sueños que ningún mortal jamás se atrevió a soñar antes.
18- Duerme, esas pequeñas rebanadas de muerte, cómo las aborrezco.
19- Aquellos que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan de aquellos que solo sueñan por la noche.
20- Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño.
21- Los límites que dividen la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, sombríos y vagos. ¿Quién dirá dónde termina uno y dónde comienza el otro?
22- No es una suposición irracional pensar que, en una vida futura, consideremos un sueño nuestros pensamientos actuales.
23- Las cosas invisibles son las únicas realidades.
24- Los noventa y nueve están con sueños, contentos, pero la esperanza del mundo hecho nuevo, es el centésimo hombre que está empeñado en hacer realidad esos sueños.
25- Sin embargo, estoy enojado y no lo estoy… y seguramente no sueño.
26- No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.
27- De ningún modo es una fantasía irracional que, en una existencia futura, veamos lo que pensamos que es nuestra existencia presente, como un sueño.
28- Porque la luna nunca brilla sin traerme sueños.
29- Los sueños son polvo de borrador y ahora uso un bolígrafo.
30- En lo profundo de la oscuridad, me quedé allí, preguntándome, temiendo, dudando, soñando sueños que ningún mortal se había atrevido a soñar antes.
31- Los sueños son sólo recuerdos de los planes que tenía en ese entonces.
32- Es una felicidad preguntarse; es una felicidad soñar.
33- En cuanto a su belleza facial, ninguna doncella la igualó. Era el resplandor de un sueño de opio.
34- ¿Deseas que te amen? No pierdas, pues, El rumbo de tu corazón. Sólo aquello que eres has de ser Y aquello que no eres, no. Así, en el mundo, tu modo sutil, Tu gracia, tu bellísimo ser, Serán objeto de elogio sin fin Y el amor… un sencillo deber.
35- Desde el tiempo de mi niñez, no he sido como otros eran, no he visto como otros veían, no pude sacar mis pasiones desde una común primavera. De la misma fuente no he tomado mi pena; no se despertaría mi corazón a la alegría con el mismo tono; y todo lo que quise, lo quise solo.
36- ¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-, llegaron a envidiarnos, a ella, a mí. Y no más que por eso -todos, todos en el reino, ante el mar, sábenlo así-, sopló viento nocturno, de una nube, robándome por siempre a Annabel Lee.
37- Vestida de blanco, sobre un campo de violetas, te vi medio reclinada, mientras la luna se derramaba sobre los rostros vueltos hacia el firmamento de las rosas, y sobre tu rostro, también vuelto hacia el vacío, ¡Ah! por la Tristeza.
38- En tu día nupcial, te vi encendida Por un repentino rubor, Aunque era un cielo para ti la vida, Y el mundo, en tu presencia, amor. Un resplandor en tu mirada había, (¿Por qué se avivó?) Fue cuando mi alma dolorosa Gozó en el mundo, de glorioso encanto. “Sólo un pudor de virgen es origen De tal rubor”, pudo decirse ante él. Pero ¡ay! reanimó el fuego más vivo En el pecho de aquél Que te miró de novia, cuando quiso Mostrar aquel rubor, Aunque tu mundo fuese paraíso, Y alrededor, la vida, amor.
39- ¡Lenore! ¡Venid! Dejad que el oficio de difuntos se lea, que el cántico mortuorio se cante, un himno para tan regia muerta como muriera tan joven … Un cántico fúnebre para ella, dudosamente muerta, porque murió tan joven.
40- El resplandor de la luna desapareció, también las blandas hierbas y las veredas sinuosas, desaparecieron los árboles lozanos y las flores venturosas; el mismo perfume de las rosas en el aire expiró. Todo, todo murió, salvo tú; salvo la divina luz en tus ojos, el alma de tus ojos alzados hacia el cielo.
41- Los cielos estaban cenicientos y lúgubres. Los follajes crispados y huraños. Las hojas marchitas y secas. Era una noche del solitario octubre, Del más inmemorial de los años.
42- Amigos que por siempre Nos dejaron, Caros amigos para siempre idos, ¡Fuera del Tiempo Y fuera del Espacio! Para el alma nutrida de pesares, Para el transido corazón, acaso.
43- ¡Mi Amor! ¡Ella duerme! ¡Oh, tal vez duerma Un sueño interminable, incorrupto! ¡Piadosos serán los gusanos con su carne! Lejos en el bosque, oscuro y viejo, Tal vez las bisagras de su cripta se abran, Una bóveda que a menudo absorbe la noche, Y las negras alas al amanecer volverán, Triunfantes sobre la pálida cresta, Reina de una familia sepulcral. Algunas criptas, remotas, distantes, Cuyas puertas fueron abatidas por su mano de niña, Lanzando en la infancia inocentes piedras; Algunas tumbas, de cuyas sórdidas grietas Ella nunca volverá a escuchar los ecos, ¡Es horrible pensar en los pobres niños del pecado! Pues fueron los muertos quienes te llamaron.
44- ¡Ciencia! ¡verdadera hija del tiempo tú eres! que alteras todas las cosas con tus escrutadores ojos. ¿Por qué devoras así el corazón del poeta, buitre, cuyas alas son obtusas realidades?
45- Oh, tu corazón… suspiro al despertar y duermo para soñar hasta que raya el día en la verdad que el oro jamás podrá comprar y en las bagatelas que sí podría
46- Mas el Cuervo arrancó todavía de mis tristes fantasías una sonrisa; acerqué un mullido asiento frente al pájaro, el busto y la puerta; y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra, pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño, lo que este torvo, desgarbado, hórrido, flaco y ominoso pájaro de antaño quería decir graznando: “Nunca más.”
47- La muerte estaba en esa ola venenosa, y en su golfo una sepultura adecuada, para quien hubiera dado tregua a su amargura, cuya alma solitaria podría hacer un Edén de ese lago oscuro.
48- En los tardíos años desolados. Una hueste de ángeles alados, Envueltos en velos y ahogados en lágrimas, Sentados en el teatro, para ver Un drama de temores y esperanzas, Mientras la orquesta balbucea La música de las esferas.
49- ¡Afuera, afuera las luces, afuera todo! Y sobre cada sombra palpitante Cae el telón, como una mortaja fúnebre, Con el rugido de la tormenta, Mientras los ángeles, pálidos y excitados, Se ponen de pie y quitando sus velos declaran Que la obra es la tragedia del Hombre Y su héroe el Gusano Vencedor
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